ECOMUSEO DEL CARONÍ.
Una pequeña denuncia.
Antes del 2003 solía ser un frecuente visitante de los
jardines del Ecomuseo del Caroní para disfrutar de un espacio agradable y
compartir en familia. Solíamos ir casi todos los fines de semana para volar
algunos papagayos o cometas de construcción casera. Realmente era agradable
estar en esos jardines acariciados por una constante brisa y disfrutar del
lugar, contemplar los centenares de papagayos de los demás visitantes y en más
de una ocasión fuimos testigo de algún que otro concurso de cometas.
Muchas veces aprovechamos la estadía en los jardines de la
represa para entrar al Ecomuseo y disfrutar de su fantástica arquitectura
interna, de sus pequeñas exposiciones en sus múltiples salas, tomarnos algún
cafecito en el cafetín y visitar la sala de máquinas en donde se podía ver que
los generadores estaban operando estando normalmente uno o dos en
mantenimiento. Internamente el Ecomuseo estaba impecable en cuanto a limpieza,
iluminación y atención por parte de los encargados del mismo.
A partir de ese año 2003 el extraordinario ambiente se fue
deteriorando de manera consistente justo con la toma de posesión de las nuevas
directivas de la revolución. Poco a poco los jardines fueron perdiendo su
esplendor, sus cuidadas zonas verdes fueron paulatinamente secándose por la
falta de riego, la vigilancia se fue esfumando y muchos “nuevos” visitantes
simplemente generaban desconfianza y angustia pues en sus miradas ya se podía
percibir alguna mala intención como quedaría demostrado poco tiempo después.
La represa con sus fantásticos jardines y Ecomuseo fueron
perdiendo su encanto a tal punto que dejé de ser un visitante. Había perdido un
espacio más de esparcimiento gracias a una mal llevada y llamada revolución que
después de 17 años de arduo y sistemático trabajo han llevado al país a la
ruina total en todos los aspectos incluyendo el mayor de los daños posibles, la
incisión y la implantación de antivalores morales y sociales en el gentilicio
de venezolano.
En febrero del 2015 aprovechando la visita de unos
familiares fuimos de paseo al Ecomuseo después de varios años sin acercarnos al
lugar con la intención de impresionarlos frente tan esplendida obra de la
ingeniería y arquitectura orgullo de Cuidad Guayana.
El desencanto fue horrible y el impacto desagradable desde
el estacionamiento para los vehículos de los visitantes hasta el Ecomuseo
dejaba en claro la incompetencia e incapacidad de la nueva administración. Los
jardines totalmente marchitos y en abandono. Al llegar a la plaza los
visitantes somos recibidos por una pequeña placa fuera de lugar incrustada en
una roca que anuncia el cambio de nombre que sufrió la Represa, monumento que
deja entre prever lo que a continuación se vería.
El decepción de la vista solo me permitió tomar 30 fotos
que solo muestran una pequeñísima parte del abandono por la desidia de los encargados
del lugar. Hasta lo insólito lo puede observar en el museo justo al lado de los
grandes generadores, el baño de caballeros ¡SIN LUZ!.
De los 12 generadores, 2/3 estaban operativos y la
exposiciones del museo realmente deprimente, una serie de muñecos mal
elaborados llenaban uno de los salones en donde destacaban “el che”, Fidel y
otras sabandijas supuestos héroes y líderes de los revolucionarios nacionales.
Las pocas imágenes son muestra irrefutable de que la
denuncia no es parte de un acto de desestabilizador sino el grito agónico de
alguien que quiere a Venezuela.
Iluminación en una de las escaleras.
Gamelote en los jardines.
Falta de riego y mantenimiento.
La muy descuidada fachada. Se puede observar las partes
blancas producto del desprendimiento de los azulejos y las desvalijadas
luminarias a la entrada de Ecomuseo.
Vitrinas de exposición, desidia revolucionaria……
La hermosa placa original de BRONCE con el nombre de la
represa fue cambiada por esta ordinaria, improvisada y ridícula plancha de
acrílico que deja al descubierto la calidad mental de los encargados de las
instalaciones. Lo cómico o la tragedia de esta placa es que para el año 2.013
todavía estaba la original demostrando que durante casi 14 años los nuevos
encargados jamás se pasearon por los jardines de la represa, desconociendo que
la placa conmemorativa existía a un lado de la plaza. Para la fecha ya tenían
muchos años conviviendo la nueva placa conmemorativa con el cambio de nombre y
la placa original a unos 100 metros de distancia. Esta historia es elocuente si
misma.
Aspecto de la placa original en el 2.013.
Esta última foto junto con la de la luminaria desvalijada
las tomé del excelente artículo gráfico de denuncia sobre el abandono de tan
hermoso lugar de Carlos Jesús Gómez cuyo enlace coloco a continuación. Carlos
Jesús logró sobrevivir a la desesperanza y pudo tomar más fotografías pues mi
estado de ánimo estaba al nivel del Ecomuseo………
Lamentablemente lo único que se puede palpar es la
inoperancia de los oportunistas de turno que no tienen ningún tipo de conocimiento
ni el más mínimo interés en lo social y en lo humano salvo el lucro particular.
Sin embargo así lo ven y descaradamente lo publican ellos en
los medios impresos locales del Estado Bolívar:
El piso de la entrada principal que reluce como nuevo. Afuera, la grama
está cortada perfectamente, la basura en sus bolsas, las fuentes de agua
destellan con la luz del sol.
En una de las pizarras acrílicas del área administrativa del Ecomuseo,
entre cargos y objetivos está remarcada una frase, “Visión: Mejor Museo
Latinoamericano”.
No hay peor ciego que el que no quiere ver.
que desilusión! Lo conocí en otro estado
ResponderBorrarRealmente triste......
BorrarGracias por la visita